Pocas veces en la historia se vieron tan cuestionados los medios de comunicación en Argentina.Desde la última dictadura que no se pone en duda la función del periodista, pero siempre se discutió sobre el modo en que se brindó la información.
Con la reciente polémica que generó la famosa “Ley de Medios”, los consumidores de prensa, en todas sus ramas, se plantearon si la información que estaban absorbiendo era verídica o era una “movida” política en contra o a favor del Gobierno.
Continuas publicidades y diversos debates dejaron a los medios de comunicación en el ojo del huracán. No sólo por los cruces entre el matrimonio Kirchner y el Grupo Clarín, también porque en el transcurso del conflicto los periodistas se vieron inmersos en un pozo sin fondo que no cavaron ellos.
Aún con la herida abierta por las críticas recibidas durante el auge de la “Ley de Medios”, pocos días después la prensa argentina vivió una de las peores humillaciones y falta de respeto de los últimos años, cuando el mejor jugador de fútbol de la historia mundial y actual técnico de la Selección Nacional, les responde luego de haber clasificado al mundial de Sudáfrica 2010: “Que la chupen… Que la sigan mamando”, en respuesta a las dudas que se habían depositado en él por el pésimo juego y malos resultados de su equipo (eran y son ciertas). Y como frutilla del postre, Maradona no se disculpó ni se mostró arrepentido.
Así están los medios de comunicación. Golpeados y dolidos. Tendrán que mejorar en varios aspectos para volver a recuperar el excelente nivel que siempre tuvo la prensa Argentina.
El periodista tendrá que luchar para que no se pierda lo más valioso de un informante: la verdad. El periodista tendrá que luchar para que la gente le siga creyendo o le vuelva a creer.
Sin embargo, no se le puede quitar importancia al valor que tiene la prensa en Argentina. Un país con una historia tan rica y en la cual la prensa fue testigo fiel a ella.
Hoy están en crisis los medios de comunicación. Es cierto que perdieron un poco de credibilidad, pero no pasará mucho tiempo para que la unión entre el periodista y la gente vuelva a renacer.
CHRISTIAN LUDUEÑA