
Suele decirse que la genialidad no admite términos medios. Se mueve en los extremos.
Polémica al margen que bien le cabe esa definición a uno de los clubes más importantes del fútbol argentino. Porque si algo caracteriza la historia de River Plate es esa costumbre de transitar cornisas: las que separan de la cumbre y las que preceden al abismo. Todo o nada.
Para los Millonarios, la mitad fue siempre un lugar común.
Pocos equipos en el país exhibieron tanta riqueza técnica en sus planteles. Casi ninguno rozó la perfección que eternizó a formaciones como La Máquina. Y ni hablar de réditos estadísticos: en cantidad de trofeos, goles y otros beneficios numéricos. Al mismo tiempo, pocos grandes del fútbol local han padecido tantos años de esperas y frustraciones.
Pero el genio no se rinde y vuelve a sus andanzas. Puede conquistar un campeonato por demolición y al siguiente enredarse en una crisis.
Así es River. Categórico e impredecible. Fantástico y desconcertante. Pero, al igual que los genios, sólo espera que algo frote la lámpara para volver a aparecer.
Y maravillar a todos…
Polémica al margen que bien le cabe esa definición a uno de los clubes más importantes del fútbol argentino. Porque si algo caracteriza la historia de River Plate es esa costumbre de transitar cornisas: las que separan de la cumbre y las que preceden al abismo. Todo o nada.
Para los Millonarios, la mitad fue siempre un lugar común.
Pocos equipos en el país exhibieron tanta riqueza técnica en sus planteles. Casi ninguno rozó la perfección que eternizó a formaciones como La Máquina. Y ni hablar de réditos estadísticos: en cantidad de trofeos, goles y otros beneficios numéricos. Al mismo tiempo, pocos grandes del fútbol local han padecido tantos años de esperas y frustraciones.
Pero el genio no se rinde y vuelve a sus andanzas. Puede conquistar un campeonato por demolición y al siguiente enredarse en una crisis.
Así es River. Categórico e impredecible. Fantástico y desconcertante. Pero, al igual que los genios, sólo espera que algo frote la lámpara para volver a aparecer.
Y maravillar a todos…
CHRISTIAN LUDUEÑA
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