jueves, 5 de noviembre de 2009

Playa, Sol y Timba

“Los abuelos de Juan Gilabert tienen un departamento en Mar del Plata y decidimos ir una semana a descansar un poco de tanto cemento”, comentó Christian Ludueña. Claro, estos muchachos vienen de la Patagonia, de Comodoro Rivadavia (Chubut) y Bariloche (Río Negro) respectivamente. Transcurría noviembre de su primer año en Capital Federal, una época en la cual el calor y la humedad protagonizan el humor de los porteños, y estos jóvenes aprovecharon su buen rendimiento y asistencia casi perfecta en la facultad, para tomarse unos días en la costa bonaerense.
“Nos fuimos con la plata justa. La idea era descansar y volver a Buenos Aires con la cabeza más fresca. No teníamos pensado gastar dinero de más porque contábamos con lo necesario”, explicó Gilabert.
Sin embargo, ya instalados en “La Feliz”, esa mentalidad de chicos sanos y responsables, se la olvidaron en el micro de la empresa “Cóndor Estrella”.
A parte de disfrutar la playa con el clima hermoso que, normalmente, tiene Mar del Plata a principios de noviembre, Christian y Juan decidieron frecuentar la noche y jugarse unos pesos en distintos casinos de la ciudad.
En las tres primeras noches la suerte no estuvo de su lado y los chicos estaban pensando en volver antes, ya que sólo tenían la plata del boleto de vuelta.
Pero la vida da revancha. Por curiosidad de Ludueña en conocer un bingo, la suerte cambió y la “timba” se puso del lado del principiante. En la jugada especial del “Bingo del Mar”, Christian compró un cartón de $4 y los números cantaron a favor del novato.
“Lo llamé a Juan, que estaba en el departamento porque había perdido toda la guita en la ruleta, para contarle que había ganado $3000 en el bingo y no me creía. Lo fui a buscar, me abrió la puerta con la cara larga y la trompa por el piso, y le tire los 30 billetes de $100 arriba de la mesa”.
Los muchachos no solo descansaron y disfrutaron del sol y la playa, sino que también volvieron a la Capital con más plata de la que se fueron. Una semana inolvidable para los chicos del interior.

CHRISTIAN LUDUEÑA

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